LA NAVIDAD. SU ORIGEN Y LEYENDAS

Aunque nos parezca mentira, lo cierto es que la navidad, tal y como la entendemos hoy, es decir, la celebración del nacimiento de Jesucristo, no se ha venido celebrando desde la noche de los tiempos, sino que fue en el siglo IV, cuando la iglesia designó oficialmente este día, 24 de diciembre, como el representativo para este evento.

Hoy se sabe con casi total seguridad que Jesús debió de nacer en primavera. De hecho, para algunos historiadores la celebración de la Navidad histórica debería situarse entre abril y mayo, ya que, siguiendo el relato de Lucas 2:8 que indica que la noche del nacimiento de Jesús, los pastores cuidaban los rebaños al aire libre y que el cielo estaba lleno de estrellas, es poco probable que este acontecimiento hubiera ocurrido en el invierno. La Iglesia cristiana mantiene el 25 de diciembre como fecha convencional, puesto que en la primavera u otoño la Iglesia celebra la  Pascua.

¿Entonces, porque la iglesia eligió este día en particular?

La Navidad, tal y como la conocemos hoy en día, se basa en la tradición religiosa del nacimiento de Jesús, la visita de los reyes magos y los milagros hechos por Santa Claus (San Nicolás).

Sin embargo, como he comentado antes,  las fiestas navideñas sólo se empezaron a celebrar a partir del siglo IV y fueron los papas de aquella época quienes fijaron la fecha en el 25 de diciembre, precisamente para que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de invierno y demás celebraciones religiosas. Incluso el típico árbol de navidad tiene un origen celta.

Bien, pues  la navidad, fue el resultado por aunar tradiciones paganas con las religiosas. En estos días, muchas culturas, celebraban distintas festividades:

El  festival del nacimiento del Sol Inconquistado (o dies natalis Invicti Solís) era celebrada por los romanos el 25 de diciembre. En este respecto, el primer día después de los seis días del estancamiento solar (aparente) del solsticio de invierno, la duración de la primera luz del día comienza a aumentar, como el sol, una vez más, y la salida del sol inicia su movimiento hacia el Norte, lo que era interpretada como el renacimiento del sol.

En la antigua Roma, en diciembre se celebraba la SATURNALIA, en honor al reinado del dios Saturno sobre Roma en la Edad de Oro. En esa edad, la tierra en Roma producía abundantemente y no había guerras ni discordia.

Durante la SATURNALIA se celebraban fiestas durante una semana entera, con comilonas y abundante bebida. A lo largo de esa semana se invertía el orden social: los amos servían a los esclavos, los esclavos se convertían en amos y desempeñaban altos cargos del estado.

Era tradicional intercambiarse regalos hechos en plata, aunque casi cualquier cosa podía servir de regalo para la ocasión.

La fiesta también era una celebración del fin de las tinieblas y el comienzo de un nuevo año. Aquí puedes ver un fragmento de las palabras que la sacerdotisa pronunciaba para el rito de la SATURNALIA:

Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan y aún así todavía queda un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El Rey Oscuro vive en cada pequeña luz. Nosotros esperamos al alba cuando la Gran Madre dará nuevamente a luz al sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el movimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al sol del vientre de la noche. Así sea.

De hecho, hubo muchos cambios antes de que la iglesia designara oficialmente este día, y lo hizo porque precisamente este día tenía muchas connotaciones de origen pagano, pero fundamentalmente porque era el momento del solsticio de invierno, considerado esotéricamente como la ‘puerta de los dioses’ el momento cósmico en el que las fuerzas divinas se manifiestan en la tierra – en san Juan, solsticio de verano, la puerta que se abre es la ‘puerta de los hombres’ y era la celebración romana de MITHRA – héroe y dios solar – que nacía simbólicamente el 25 de diciembre. Trasladando la fecha de nacimiento de Jesús a este día, la iglesia pretendía que la celebración cristianan solapase la pagana; asimilando ambos cultos, afianzaba el mensaje cristiano.

Coincidiendo con el solsticio de invierno nacían también muchas otras deidades, de ahí que la navidad sea una fecha que se celebra en prácticamente todo el mundo. Por ejemplo, en china estas fechas están consagradas a varias solemnidades religiosas; en la india se celebra el nacimiento de buda. También se ha atribuido la fecha del 25 diciembre al nacimiento de los griegos Orfeo y Dionisios  se dice que este último, nació de la unión de Zeus – rey de los dioses – y de la virgen SEMELE y se sigue contando que el también descendió a los infiernos y resucitó.

Hoy en día la navidad – que procede del latín ‘novitas’: nacimiento – es una de las fiestas más importantes del cristianismo – junto con la Pascua y el Pentecostés. Es el nacimiento de Jesucristo en Belén.

Esta fiesta se celebra el 25 de diciembre por la iglesia católica, la iglesia anglicana, algunas iglesias protestantes y la iglesia ortodoxa rumana, aunque hay otras que la celebran el 7 de enero, por no haber aceptado el calendario gregoriano, que es el nuestro.

Para el catolicismo la Navidad no solo es un día de fiesta, sino una temporada de fiestas, y de la misma forma que la Pascua, contiene un tiempo de preparación, llamado Adviento que inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre.

Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior  – Nochebuena – aunque sea domingo, se reza la famosa MISA DE GALLO o MISA DE MEDIANOCHE; en algunos lugares hay incluso una MISA DE LA AURORA que se celebra precisamente al amanecer del 25 de diciembre. Y la MISA DE MEDIODÍA, en la que es costumbre que antes o después de ella, el Papa dé un mensaje de Navidad a todos los fieles del mundo, este mensaje es conocido como URBI ET ORBI (en latín: a la Ciudad de Roma y al Mundo).

Posterior a la celebración del 25 de diciembre de Navidad, tienen lugar las fiestas de san  Esteban, (26 de diciembre.),  de san Juan evangelista (27 de diciembre.),  de los Santos Inocentes (28 de diciembre.), la Sagrada Familia  (domingo siguiente a la Navidad o 29 de dic. si Navidad cae en domingo), María Madre de Dios (1 de enero), la  Epifanía que se celebra el 6 de enero aunque en algunas diócesis se traslade al Segundo Domingo después de Navidad, y el Bautismo de Nuestro Señor (Domingo siguiente a Epifanía), con el que termina el tiempo litúrgico de la Navidad.

Cabe señalar que en  Belén, ciudad de nacimiento de Jesucristo, la Navidad se celebra dos veces.  Esto es así porque la basílica de la Natividad es administrada por la  Iglesia Católica que celebra Navidad el 25 de diciembre; y la  Iglesia Ortodoxa de Jerusalén que la celebra el 6 de enero.

En esa iglesia hay una caverna subterránea con un altar sobre el lugar en el que según la tradición nació Jesús. El punto exacto está marcado por un agujero en medio de una estrella de  plata de 14 puntas rodeada por lámparas de plata.

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