TAURO

21 abril – 20 mayo

Signo de tierra. Fijo. Femenino

Simbolismo: el Toro

Regente: Venus

Frase clave: YO TENGO

Palabra clave: ESTABILIDAD

Tauro, el segundo signo del Zodiaco, corresponde a la plenitud de la primavera; es signo que expresa fecundidad y procreación. Su tierra, fértil, evoca la realidad de la vida en sus aspectos más placenteros y palpables: una sana simplicidad se encuentra en la base de la psicología del signo, que se manifiesta en el amor por la naturaleza y en el disfrute pleno de los placeres que la vida puede ofrecer.

Tauro es un signo de posesión: el materialismo es una de las peculiaridades básicas de su naturaleza, que tiende a identificarse con aquello que posee, a lo que, consecuentemente, se siente particularmente unido. Realismo y tenacidad son otros elementos fundamentales de su temperamento; cauto y paciente, el nativo es de naturaleza tranquila y lenta y fiel a sus opiniones de modo casi excesivo, no ama las sorpresas y los cambios al contrario, su espíritu conservador y ejecutor hace que proceda estudiando a cada paso, se concentra en las propias actividades con admirable constancia y concede poco espacio a la improvisación. La potencia y la fuerza de resistencia suplen la falta de imaginación y de capacidad de adaptación.

El nativo necesita estímulos y objetivos concretos para actuar, ya sea porque no se deja sugestionar por los idealismos, o porque es básicamente perezoso. Las ambiciones limitadas, mientras cumplan sus necesidades primarias, ya le satisfacen. Previsor y perseverante, es poco dinámico y le falta iniciativa: decide únicamente tras largas reflexiones, pero difícilmente se queda a mitad de un proyecto.

Tranquilo y ponderado, su talante es pacífico, altruista y más bien acomodaticio, sin embargo, si detecta una amenaza a sus intereses, sus principios o su serenidad personal, puede reaccionar de forma violenta, con bruscos ataques de cólera. Su memoria tenaz no olvida las injusticias cometidas contra él: es capaz de alimentar rencores incansables. Intelectualmente, es poco ágil y curioso, y de comprensión lenta, pero esta dotado de un importante sentido común. Aunque no es proclive a las abstracciones y a la pura fantasía, posee óptimas dotes analíticas y es un administrador capaz: la vertiente material de la vida es su constante preocupación, por lo que se consagra en cuerpo y alma a hacer que su propia existencia y la de las personas que ama sea más agradable.

Al ser un hedonista convencido, cultiva los placeres materiales: su sensualidad es proverbial y no le permite olvidar nada que le pueda ofrecer placer a la vista, al paladar o al oído, dando así pruebas de buen gusto y sentido artístico, de hecho, frecuentemente está dotado de talento artístico o musical.

El nativo de Tauro concede gran importancia al amor, que vive con tanta intensidad afectiva, emotiva y erótica como posesiva, aunque siempre de manera sana, clara, evitando las complicaciones y ambigüedades, aspirando, por el contrario, a la seguridad y estabilidad.

Suelen ser muy atractivos para el sexo opuesto. Son constantes, sensuales y sentimentales y estas tres características los hacen irresistibles. En ellos parecen convivir dos fuerzas contrapuestas: mientras en la vida cotidiana son organizados y metódicos, a veces hasta el exceso, en la cama son un torbellino.

El Tauro proporciona a su pareja seguridad. Por eso, cuando confía en el amor de su pareja, sus inhibiciones desaparecen cediendo a la pasión, la fidelidad y el romanticismo.

Fiel y leal, Tauro pondrá mucho cuidado en elegir a su pareja ya que, una vez comprometido, no volverá atrás y tolerará muchas más cosas que otros signos del zodiaco. Para un Tauro, el obsequio romántico debe ser un componente básico de la relación amorosa. Sus atenciones responderán al espíritu romántico que le alienta, por lo cual puede llegar a parecer algo anticuado en sus demostraciones. Su faceta romántica es uno de sus mayores atractivos.

Sin embargo, su obsesión por el orden puede llegar a ser excesiva y su intento por controlar la vida de su pareja puede llegar a ser una carga demasiado pesada para la otra persona, que suele encontrar intolerable que Tauro suponga que lo que es bueno para él, lo sea también para su pareja. Demasiado a menudo, su afán de posesión y control suele espantar a sus amantes y enfriar la pasión. Aunque suele disimularlo, los celos e inseguridades que le atormentan pueden hacerle estallar en el momento más inoportuno.

Los defectos más frecuentes en el nativo de Tauro son la codicia, que puede convertirlo en un obstinado acumulador, la envidia por quien posee más que él, la testarudez que le impide reconocer posibles errores, la estrechez mental que obstaculiza la evolución personal por temor a un cambio en el estado de las cosas y los excesos sensuales.

El nativo debería aprender a ser más abierto, a no temer las opiniones distintas a las suyas, a estar menos vinculado a s mundo hecho de ‘cosas’ y a explotar su gran y genuino potencial afectivo. Frecuentemente, el destino, marcado por la estabilidad, se distingue por realizaciones lentas y duraderas; la fortuna material, perseguida con tesón, crece progresivamente, asegurando una confortable prosperidad. Posibles fracasos pueden ser debidos a una falta de adaptación.

Anatómicamente, Tauro rige la boca, el cuello, la garganta, las cuerdas vocales y la nuca: también existe predisposición a alteraciones debido a la vida sedentaria y a una alimentación demasiado rica.

Rasgos Positivos

Paciente

Conservador

Domestico

Sensual

Concienzudo

Estable

Digno de confianza

Practico

Artístico

Leal

Rasgos Negativos

Desenfrenado

Obstinado

Lento

Argumentativo

Irascible

Posesivo

Avaricioso

Materialista