EL PODER DEL PENSAMIENTO I

Todos en muchas ocasiones hemos oído hablar del poder del pensamiento, de la importancia de pensar en positivo etc. Algunos creen, otros lo consideran una idea interesante pero sin más. Otros si creen, o piensan que es posible… pero lo almacenan en alguna parte de su cerebro… y siguen con su forma habitual de pensar.

Muchas personas me han comentado que han leído libros de autoayuda, como por ejemplo el famoso EL SECRETO.  Y aun hay  más personas que dicen ‘hay que pensar en positivo’ y creen que esto consiste simplemente en ser más o menos optimistas y creer que las cosas terminaran por arreglarse solas. Y desde luego, las cosas por si solas, rara vez se arreglan y casi siempre se termina por acostumbrarse a ellas y  resignarnos. O vivir amargados porque ya no se encuentra ninguna salida.

 

El mayor problema que existe en esto del poder del PENSAMIENTO, es que hasta ahora, el pensamiento no se había podido medir, o más bien, no se habían podido ‘ver’ sus efectos de una forma tangible. Son quizás, palabras un tanto abstractas como el amor, el dolor, la tristeza.. Claro, todos sabemos que existen, todos los hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas. Pero ¿cómo verlas, como medirlas?  O dicho de otra manera, ¿la mente ejerce algún poder sobre la materia?

 

Pues bien, el profesor japonés MASARU EMOTO, ha llevado a cabo experimentos sobre el efecto del pensamiento, de las ideas, de las palabras, de la música, sobre las moléculas del agua. Y  ha logrado fotografiar no el pensamiento, pero si el poder del pensamiento, es decir los efectos que el pensamiento produce sobre estas moléculas de agua.

Y, cuando sabemos que el ser humano está compuesto en una gran parte de agua, de líquidos… es estremecedor pensar en toda la fuerza mental que desarrollamos – a menudo en negativo tanto para nosotros mismo como para los demás – con algo a lo que no le damos importancia: el pensamiento, las palabras, las ideas….

Sabemos que el agua es lo que une a toda la humanidad y de hecho a toda la vida. Nuestro cuerpo, como ya he comentado, tiene un gran porcentaje de agua. Esta tierra donde vivimos es también llamada el planeta AZUL, y no es porque esta frase sea algo meramente poético, sino porque aunque nuestro planeta se llame tierra, la realidad es que  está compuesta de más agua que tierra.

 

Pues bien, el profesor Emoto empezó por comparar las moléculas de agua de un lugar contaminado, de un manantial normal y corriente y también una muestra de agua bendita de Lourdes. Así, pudo establecer – con el apoyo de fotografías – que estas moléculas presentaban un aspecto muy distinto, si bien, todas eran de agua. Las muestras del lugar contaminado eran oscuras, de forma indefinida, como deformes y producían repulsión a la vista. El agua del manantial formaba una estructura más armónica y su color claro evocaba pureza. El agua bendita de Lourdes tenía una forma estructural que recordaba a una joya, evocando la belleza.

El agua tomada en fuentes y arroyos limpios de montaña, formó estructuras cristalinas más bellas en contraste con los cristales deformados y distorsionados formados por las muestras de agua polucionada o estancada.

Después de esto, su siguiente experimento fue coger botellas de agua, normal y corriente, y las marcó con palabras que expresaban emociones e ideas humanas. Algunas eran positivas y otras negativas… y el agua respondió y reacciono ante esas palabras. El agua con mensajes positivos formo bellos cristales. El agua con mensajes negativos formo cristales feos y deformados.

Marcó las botellas con palabras como ‘te odio te matare’. ‘Gracias’. ‘Te amo’….

Las moléculas del agua marcada con la palabra ODIO formaron cristales deformados, oscuros. Feos.

La botella marcada con la idea de GRACIAS formo cristales bellos, bien definidos

La botella marcada con la idea AMOR, se parecía a una bella joya.

 

En otros experimentos, cogió muestras de agua helada y las sometió a la palabra ÁNGEL y a otra a la palabra DEMONIO. Esta última formó una estructura oscura y amorfa. La primera, formo un dibujo molecular perfecto y de extremada belleza.

 

El agua destilada expuesta a música clásica (una sinfonía de Mozart) tomó formas delicadas y simétricas. Cuando se puso la canción de Elvis Presley El Hotel de la Tristeza, el resultado fue que los cristales helados se partieron en dos. Cuando las muestras de agua fueron bombardeadas con música heavy metal o expuestas a palabras negativas, o cuando se enfocaron sobre ellas intencionadamente, pensamientos o emociones negativos, el agua no formó cristales y en su lugar se crearon estructuras caóticas y fragmentadas

 

Cuando el agua fue tratada con aceites florales aromáticos, – como por ejemplo, la manzanilla –  los cristales tendieron a imitar la forma de la flor original.

 

De gran interés para la curación y para nuestro bienestar, tanto físico como espiritual,  son los efectos extremos que sobre los cristales de agua tienen las palabras e ideas negativas. Así la muestra de agua sometida  a las palabras ‘ME DAS ASCO’ fue muy parecida a la muestra resultante de ‘oír’ música heavy metal: una estructura fea y deforme, sin forma definida.

Pero el profesor Emoto fue aun más lejos con sus experimentos. Cogió agua y las sometió a ideas tales como HAGÁMOSLO y HAZLO. Los cristales formados por la palabra HAGÁMOSLO eran como hermosos copos de nieve. La palabra HAZLO, sin embargo, no formó ningún cristal. Esto es muy interesante porque demuestra que muchas veces, cuando no podemos ver el resultado inmediato de nuestras oraciones y afirmaciones, pensamos que estas han fracasado

 

Ahora debemos pensar y reflexionar sobre todo esto… ¿como estoy yo utilizando mi poder mental? ¿Qué hago yo de mis palabras?

Los pensamientos de fracaso, de odio, de indiferencia…quedan también representados en los objetos físicos a nuestro alrededor. Ahora que somos conscientes de eso, quizá podamos comenzar a darnos cuenta de que, incluso cuando los resultados inmediatos no son visibles a los ojos humanos, están ahí.

Cuando amamos nuestros propios cuerpos, el cuerpo responde a esas vibraciones, a esas ideas. Cuando enviamos nuestro amor (nos sentimos unidos) a la Tierra, ella responde. Nuestro propio cuerpo está compuesto en un 70 por ciento de agua. Y la superficie de la tierra es también un 70 por ciento de agua.

Pero todo esto, por muy interesante que sea, no es demasiado importante. Lo que nos importa en nuestra vida diaria, no son estas fotos, sino el efecto de nuestras ideas, de nuestros pensamientos sobre nosotros mismos y sobre las personas de nuestro entorno. Es hora ya de comprender la tremenda importancia de elegir nuestras pensamientos, nuestras intenciones, nuestras palabras e ideas, para nuestra propia salud, nuestro cuerpo, tanto si hablamos de la parte física como psíquica. Y, evidentemente, el resultado de palabras y pensamientos dirigidos a otras personas.

En un artículo anterior hable del MAL DE OJO. Sé que hay muchas personas que no creen. Cada uno es libre de aceptar lo que más le acomode. Pero pensar que el mal de ojo, se transmite, claro, por la vista, pero para que esos rayos, esos dardos envenenados salgan de una persona hacia otra…antes tienen que ser pensados, ideados, sentidos… la envidia, el ‘te odio’, el ‘ojala las cosas te vayan mal’, … recordar el efecto de la palabra ODIO en las moléculas del agua… si nos paramos a pensar que nuestro cuerpo al más del 50% se compone de agua… es aterrador imaginar el daño que esas ideas, esos deseos tan intensos pueden hacer en nosotros… es como si recibiéramos una descarga envenenada. Y de hecho es exactamente así. Si además, estas ideas son repetitivas, no hay que hacer muchos cálculos para imaginar el desastre. Como ya comenté en su día, un mal de ojo, el convivir en ambientes llenos de odio y de tensión, puede llegar en el peor de los casos a matar, en el mejor, a una pérdida de energía, de vitalidad, de alegría….a la apatía y la desgana de vivir.

Pero claro, no todas las personas sienten envidia ni odio hacia los demás. Pero… pensemos un poco: ¿qué ideas emitimos sobre y hacia nosotros mismos?. El ‘todo me sale mal’ el ‘soy fea’ el’ no tengo suerte’ el ‘nadie me quiere’ el ‘estoy sola’ el ‘no tengo dinero’ el ‘que tonta soy’, el ‘me odio a mi mismo’ el ‘ no me gusta mi cuerpo’ ‘el soy un fracaso’… son mensajes negativos, ideas que nos dirigimos a nosotros mismos; o que quizás desde la infancia hayamos ido adquiriendo porque nos hemos sentido mal queridos ‘mi hermano es mejor que yo’ ‘mis padres no me quieren’ ‘soy un desastre’…

TODO pensamiento consciente repetido durante una temporada, se convierte en un programa. Nuestro cerebro es el más potente – y obediente – de los ordenadores. Con nuestros pensamientos e ideas nos estamos programando nosotros mismos… Por tanto, ¿qué ocurre cuando has pensado conscientemente durante una serie de años ‘soy un fracasado’… ‘nada me sale bien’… ‘no tengo suerte’,..?

Sin pretenderlo siquiera, te has – nos hemos –  implantado un programa automático que conseguirá arruinarte sin el menor esfuerzo… por triste que sea esto, el universo lo único que hace – gracias al poder del pensamiento – es ofrecerte aquello que tu estas proyectando una y otra vez.

Llegados a este estado, evidentemente, hace falta una desprogramación. Y esto es lo más difícil. Parece mentira, pero es más fácil emitir ideas y pensamientos negativos puesto que ellos no requieren ningún esfuerzo.

Muchas personas pueden decir: Pienso así porque mi vida es un desastre.. y es justamente todo, TODO lo contrario…   Tu vida es un desastre porque PIENSAS DE ESA MANERA. En tus manos está el poder invertir ese proceso.

Piensa un poco: Si un simple “gracias” cambia una molécula de agua, no es difícil imaginar lo que una oración, palabras de amor, de fraternidad, de valentía, de amistad, de alegría, pueden hacer recorriendo nuestro cuerpo cargado de agua.

Si el agua sucia hace mal a la salud, los pensamientos negativos y las palabras ruines también lo hacen

La gran pregunta es: ahora que somos conscientes de los efectos, ahora que somos conscientes del poder del pensamiento, ¿qué vamos a hacer? Esto no es fácil. No basta con pensar ‘positivo’ de cuando en cuando. No basta con decir, bueno pues me digo que me quiero.. NO. Primero hay que sentirlo en el fondo de las tripas, con todas las fuerzas y generar emociones. Hay que invertir el proceso de años y años. No basta con ser positivo y tener pensamientos de amor un día a la semana.  Fortalecer la mente se parece un poco a la gimnasia corporal. Disciplina tu mente durante todos los días de tu vida y verás cambios que no podrías imaginar… te convertirás en el autentico arquitecto de tu vida. Diseñaras tu vida. TU PROPIA VIDA. Aquella que en el fondo, siempre hemos deseado vivir. Y esto, amigos, es magia. La verdadera magia. El poder de transformar con el pensamiento nuestra realidad. Es alquimia pura. Solo que en vez de transmutar el plomo en oro, transmutaremos el fracaso en triunfo, la inestabilidad en armonía, los miedos en valentía, la tristeza en alegría… por supuesto, nadie ha dicho que esto sea fácil. Todas las cosas grandes de la vida requieren un gran esfuerzo, pero realmente, ¿no nos merecemos nosotros eso? ¿Qué mejor obra hay en el mundo que nuestro propio ser? Y no pienses que esto es egoísmo. Al contrario, es altruismo. Si tú no tienes nada que ofrecerte a ti mismo… que vas a dar, que puedes ofrecer a los demás????

Y todo ello nos llevará a ser mejores personas, al mejorar no solo nuestros cuerpos, sino también nuestras almas, nuestras emociones y sentimientos, para así lograr vibraciones espirituales más elevadas, es decir, avanzar en nuestra evolución espiritual.

Fotos:

el agua sometida a las  palabras ÁNGEL y DEMONIO

el agua sometida a la palabra AMOR

el agua sometida a la palabra GRACIAS.

el agua ‘escuchando’ música clásica

el agua sometida a la idea ‘me das asco’.

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