BAÑOS DE DESCARGA

Los baños de descarga son imprescindibles, no solo para aquellos que practiquen algo de magia, sino para la vida de todos los días.

Ninguno de nosotros nos olvidamos de tomar nuestra ducha diaria para limpiar nuestro cuerpo, pero pocos se dan cuenta de que también tenemos un cuerpo astral, un aura a la que tenemos – y debemos – cuidar y limpiar.

Un aura ‘sucia’ o cargada es como una armadura que poco a poco nos va aprisionando, nos va bloqueando, nos va ahogando, nos impide avanzar, nos impiden que se cumpla lo que está pautado para nosotros, nos fatiga y nos quita energías.

¿Y cómo se ‘ensucia’? pues muy fácilmente, por las malas energías y vibraciones, tanto las nuestras propias – nuestros miedos, angustias, problemas – como las ajenas, productos de ambientes o situaciones negativas que todos tenemos en algún momento.

Un aura que se limpia regularmente, es la garantía de que no tendremos demasiados – o ninguno – bloqueos energéticos, lo cual nos evitara muchos problemas y situaciones frustrantes.

 

Si son recomendados para todos en general, pues aun lo son más antes y después de hacer rituales. Antes para impregnarnos de las buenas vibraciones necesarias para llevarlo a cabo. Y después, para evitar que alguna vibración se haya quedado con nosotros, especialmente si estamos haciendo algún trabajo de alejamiento, separación, ruptura…

 

Una forma muy sencilla de hacer un baño de descarga para ‘antes’ consiste en pasarnos un huevo – crudo – por todo el cuerpo – sin ropa – y después tomar una ducha, con la precaución de usar un poco de sal marina – mejor sal de Himalaya – a modo de suave exfoliante que en este caso no es para las impurezas de la piel sino para quitar negatividad o malas vibraciones. De esta forma quedaremos libres de impurezas áuricas y preparados para el trabajo que queramos realizar.

 

Para un baño de descarga de ‘después’ se recomienda cocer  un poco de ruda y romero. Colarlo y añadir esencia de ruda junto con un poco de sal gorda. Esto hará que toda posible vibración que haya podido impregnarse a nosotros, sea disipada por completo.

 

Para baños de descarga a modo preventivo se recomienda hacer dos cada mes. Uno en luna menguante para quitar bloqueos y malas vibraciones y otro en luna creciente, para atraer la positividad y buenas energías.

 

Baño de descarga en menguante: cocer ruda, lavanda y romero un día martes. Dejarlo a la luz del sol del mediodía. Por la noche, añadir esencia o aceite de ruda y si estamos muy cargados, de ‘rompezaraguay’. Echarlo por encima, desde la cabeza hasta los pies, después de nuestra ducha normal.

 

Baño de descarga para atraer positividad a nuestras vidas. Cocer pétalos de rosa roja, lavanda, anís estrellado, clavos de especia, una manzana roja cortada en 4 y un poco de miel. Cocer esto un día jueves. Dejarlo a la luz de la luna y el día viernes, después de la ducha, echarlo por encima, desde la cabeza a los pies. Si además lo potencias – según vuestros deseos – con esencias de amor, o de abrecaminos, o de dinero o de limpieza… veréis como poquito a poquito, de manera progresiva, los pequeños frenos, las cosas que no salen y todo eso va desapareciendo de vuestras vidas.

 

Claro que a veces, en la vida trepidante que llevamos, no se tiene tiempo de estar cociendo, colando… entonces, una buena solución intermedia, es utilizar para la luna menguante los baños de hierbas amargas – las encontrareis en mi tienda u otras tiendas esotéricas –  y para la luna creciente, los baños de hierbas dulces. A ellos, solo tendréis que añadir los aceites o esencias necesarios.

 

Probar un par de veces y ya me contareis…..

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