Una vez nos hayamos decidido, tengamos claro lo que queremos, tengamos claro el ritual o trabajo que vamos a efectuar y tengamos los ingredientes, vamos a buscar el día apropiado para el tema que nos interesa. Y a continuación las fases de la luna. (Encontrareis la información necesaria en los diversos artículos de esta página). Mucho cuidado con esto, pues muchos trabajos fracasan por no elegir cuidadosamente el momento adecuado.
Bien, ya lo tenemos todo. Ahora buscaremos un lugar tranquilo, donde no seamos molestados. Fuera tensiones, fuera móviles… concentración total.
Lo primero que se necesita es una vela o velón negro y una vela o un velón blanco. El blanco se pone a la derecha. El negro a la izquierda. A esto se les llama velas de altar. Y deben de estar encendidas todo el tiempo que dure un ritual. Sea de un día o de siete.
Incienso: el apropiado para el tema. Representaran al elemento tierra. Sirven los inciensos en varilla, pero es mucho mejor un verdadero incienso quemado en carboncillos. Más fuerte y sobre todo más natural.
Aceites y polvos. Siempre en número impar. Generalmente 3 de cada. Los aceites representan al elemento agua. Los polvos al elemento tierra. Así, ya están representados los 4 elementos, imprescindibles en todo ritual
Después entramos en los materiales del ritual propiamente dicho: las velas y los velones, polvos y aceites que hayamos escogido. Mucha atención, los elementos deben de ser lo más naturales posibles. La magia es comunión con la naturaleza. Así por ejemplo, una vela de mala calidad, elaborada con grasas animales, jamás funcionara, porque en ella lleva impregnado el sufrimiento animal.
Las velas deben ungirse imperativamente. Normalmente se hace con el o los aceites. Del centro hacia arriba y del centro hacia abajo. Un número impar de veces. Después, hay que ungirlas con los polvos. De esa forma, los velones se convierten en algo mágico, cargados con las energías de los 4 elementos más la propia de nuestras vibraciones cargadas de nuestro deseo.
En estos momentos las velas ya están preparadas.
Si utilizamos velas planetarias – para representar a personas – mucho cuidado con escoger los colores adecuados según el signo zodiacal. En la duda, utilizar siempre el blanco, que es el color comodín.
Los velones dan más energía – contienen la cera de 9 velas – y a no ser que el trabajo que queráis hacer indique utilizar velas, lo más adecuado son los velones.
Si no seguís un ritual en concreto, sino que os inventáis uno, tener siempre presente que el 3 es el número indicado. Es decir, 3 velones que se pondrán en forma de triangulo, con el vértice hacia arriba. Esto intensificara mucho la energía que de él se vaya a desprender.
Cuando ya todo esté preparado… buena concentración, buena visualización…se empieza por encender las velas de altar. Primero la de la izquierda. Después la de la derecha. A continuación el incienso. Después las velas o velones del trabajo propiamente dicho. Siempre con cerillas de madera – 3 para cada velón – y siempre en el sentido de las agujas del reloj para lo positivo y al contrario para lo negativo.
Es en este momento donde debéis concentrar toda vuestra fuerza para el ruego que vais a solicitar. Podéis invocar a una entidad espiritual, a las fuerzas del universo, a vuestro ángel de la guarda… y es el momento de decretar, es decir, de pronunciar con voz alta y clara vuestro ruego y vuestro deseo. Pero no suplicando, sino afirmando que aquello que pedís, lo conseguiréis. De esta manera, estáis creando vuestra realidad. Es apropiado terminar con una oración de vuestro agrado, o con un salmo apropiado al tema.
Hay rituales que son de un solo día. Otros de 3, de 5, de 7 o de 9 días. Pero en todos los casos, y después del ritual propiamente dicho, hay que ‘potenciar’ esto que se ha hecho, lo que quiere decir que hasta que consigáis vuestro propósito cada mes, o casa semana, hay que hacer como un recordatorio, es decir, poner una vela o un velón para seguir reforzando el trabajo mayor.
Antes y después de cualquier trabajo, pero absolutamente necesario si es un trabajo negativo – es decir, si es para defensa o si es para separar o alejar a alguien – se recomienda darse baños de descarga. Antes, para purificar el aura: estamos haciendo un acto mágico; después, para que no nos quede impregnada ninguna posible energía de las que hayamos manejado.
Así mismo, el local o habitación en el que se ha hecho el ritual, también es conveniente que sea limpiado energéticamente, antes o después. Y esto es imperativo en caso de trabajos negativos.
Ya por último, una advertencia: en el momento del ritual en sí, se aconseja llevar ropa cómoda, lo más natural posible, de color claro. Pelo suelto y descalzos a ser posible.
Si seguís los pasos indicados, tenéis el 90% del éxito garantizado. Lo demás,.. poder mental y perseverancia.
Aunque parezca un poquito difícil, ya veréis como en cuanto le cojáis el truquillo, pronto estaréis diseñando vuestros propios rituales, creando así un mundo de energías mágicas, donde, sin hacer daño a nadie, iréis creando y moldeando, vuestro futuro. Y esto, verdaderamente, es fascinante… y mágico.