LA FESTIVIDAD DE HALLOWEEN Y SUS TRADICIONES

La noche del 31 de octubre, cuenta la tradición, que es LA noche de brujas y fantasmas, y da comienzo a dos días en los que celebramos a los muertos.

Y es que el velo que nos separa del MÁS ALLÁ se rompe por unas horas y nos acerca un poco más a los espíritus fallecidos. En esta noche, cuenta la tradición,  la puerta que separa el mundo de los vivos del MÁS ALLÁ, se abre.

Lo religioso y lo pagano se mezclan en esta fechas cargadas de simbolismos. Es la noche de  los brujos y brujas, de los magos, de las historias de terror, de recordar a los seres queridos que ya no están físicamente entre nosotros, de invocar la suerte en rituales diversos, pero, sobre todo, es la noche de ellos, de los espíritus.

Esta ‘fiesta de los espíritus’ fue una de las principales festividades celtas y se mantuvo hasta bien entrada la Edad Media, ya que para ellos el mundo de los espíritus era un lugar de felicidad perfecta en el que no había hambre ni dolor; por eso, comunicarse con ellos e invitarles a este mundo, era algo positivo. Además, los antepasados podían set los mejores guías para pasar de esta vida hacia la inmortal.

De ahí que esta fiesta SAMHAIN tenía el objetivo principal de homenajear a los ancestros a través de rituales mágicos y recibirlos en casa como se merecían. Pero primero había que ayudarles a encontrar el camino al hogar y para ello se valían de fuegos y candiles. De ahí la importancia de las hogueras – en cada hogar se encendía una – que ha derivado hoy en día en el uso de velas e inciensos.

Esta festividad celta fue asimilada por los romanos en su conquista de Britania hacia el año 46 antes de Cristo, aunque ellos ya celebraban, en los últimos días de octubre y primeros de noviembre, la llamada fiesta de la cosecha, en honor a POMONA, diosa de los árboles frutales.

El resultado fue la fusión de ambas tradiciones hasta que con la cristianización del Imperio romano  y para intentar borrar su origen pagano, se convirtió en la festividad de TODOS LOS SANTOS.

 

EL NACIMIENTO DE HALLOWEEN

La emigración irlandesa y escocesa a Estados Unidos hizo que su celebración arraigase también en el nuevo mundo bajo el nombre de ALL HALLOW’S EVE y, con el paso del tiempo, fue cambiando hasta llegar a nuestros días con su actual nombre HALLOWEEN.

Las célebres calabazas talladas con una cara tienen, al parecer, su origen en una leyenda de origen celta-irlandés sobre un cierto Jack ‘el de la linterna’. Un granjero famoso por sus mentiras y por sus engaños, al que todos consideraban mezquino y tan malvado como el propio Satanás.

Cuenta la leyenda que, tras morir, ni san Pedro lo admitió en el cielo ni el diablo en el  infierno. De modo que quedo condenado a deambular por los caminos con un nabo hueco que tenía en su interior un carbón ardiendo como única luz que guiara su eterno vagar entre los reinos del bien y del mal.

Con el tiempo, los campesinos se dieron cuenta de que la linterna de Jack alejaba a los espíritus malignos como él y comenzaron a fabricar sus propias linternas, cambiando el nabo por una calabaza, más grande y más fácil de tallar.

Otra tradición dice que la calabaza encendida alumbra el camino de los difuntos buenos en Halloween y que la casa en la que hay una no recibe ni la visita de Jack para proponer ‘truco o trato’ ni la de difuntos indeseables.

LOS NIÑOS Y SU TRUCO

La tradición de TRICK OR TREAT está muy extendida en Estados Unidos y consiste en que los niños, disfrazados, van por su vecindario, de casa en casa, pidiendo dulces y golosinas. Y si no se los dan, hacen alguna travesura inocente y divertida. El origen de esta costumbre se remonta de nuevo a la Irlanda e Inglaterra decimonónicas, donde los niños pobres salían a pedir limosnas especialmente en esta noche. Los ricos les daban entonces unos dulces llamados SOUL CAKES, a cambio de que rezasen por las almas de los difuntos de esa casa, pues creían que dios escucharía más a un niño.

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