21 marzo – 20 abril
Signo de Fuego. Cardinal. Masculino
Simbolismo: el Carnero
Regente: Marte
Frase clave: YO SOY
Palabra clave: ACTIVIDAD
Aries, el primer signo del zodiaco, corresponde al inicio de la primavera. El mismo símbolo evoca el despertar de la naturaleza como una explosión de energía creativa e impulsiva, alimentada por un fuego enardecido que determina en el temperamento ardor e impaciencia. Valentía y audacia llevadas casi hasta la inconsciencia. Prevalecen pues, los valores viriles, la arrogancia, la afirmación activa de sí mismo.
La conciencia del individuo se centra principalmente en sí mismo, el vigoroso impulso hacia la actividad y la conquista del futuro por parte del propio Yo, se queman las etapas en la impaciencia, se olvida el pasado, y el presente es un instante breve, que hay que vivir inmediatamente e intensamente.
Vinculado a la edad en que se es joven y a la exuberancia característica de la juventud, es un signo dinámico, innovador y de destacado egocentrismo; sin embargo, no deja de sentir respeto por el orden y las jerarquías, clara manifestación del principio de autoridad. Intelectualmente, aunque se distingue por la vivacidad, y la curiosidad por conocer para poder progresar, no es muy proclive a las sutilezas, sigue más bien una línea definida y se deja influenciar solo por sus propios entusiasmos. Por otro lado, la fantasía no se encuentra ausente en este signo, al contrario, resulta particularmente viva, epidérmica y provocativa.
El nativo de Aries es un individualista que aspira a éxitos fulminantes y posiciones de relevancia, conquistados en una lucha manifiesta, en la que no escatima energías. Combativo y confiado en sus propias posibilidades, es poco proclive a matizaciones, a los compromisos, toma siempre posiciones claras y determinadas, ajeno al arte de la diplomacia y la psicología.
Lleno de iniciativa, se arroja con ímpetu a sus actividades y tiende a exaltarse por una idea o una ambición. Poco tendente a la planificación, se desilusiona cuando las cosas no van como quisiera, pero recupera fácilmente el optimismo incluso tras inesperados momentos de descorazonamiento. Está dotado de una gran voluntad, a la que sin embargo falta tenacidad: le resulta mucho más agradable un esfuerzo intensísimo y breve que una obra más modesta pero también más larga.
Su voluntad es el muelle que lo impulsa a actuar; tiende siempre a imponerse por la fuerza, aunque sin maldad; es más bien ingenuo y, hasta en las numerosas ocasiones conflictivas en las que se encuentra debido a su brusquedad, se comporta siempre deportivamente y detesta los engaños y los golpes bajos.
De naturaleza vivaz y rebelde, no le importa demasiado la opinión de los demás, lo principal en él es mantener viva la llama de su entusiasmo que tiende a atenuarse en situaciones monótonas o limitadas. Al ser muy independiente, no tolera imposiciones y tiende poderosamente a ejercer el mando.
Como factor negativo, su espontaneidad puede llevarle a ser brutalmente instintivo: agresividad, golpes de ira, prepotencia, imprudencia e inconstancia son sus principales defectos.
El nativo debería aprender a cultivar la constancia y la paciencia, a controlar los rasgos impulsivos de su temperamento que a menudo le hacen crearse enemigos aunque él no lo quiera. Su naturaleza ardiente es proclive a inflamarse de pasión por una persona, por un proyecto, por un ideal. Por otro lado, tiende a no darse cuenta de los defectos de los demás, o de los aspectos negativos de ideas o situaciones por lo que es víctima de desengaños.
El destino del nativo Aries esta a menudo sujeto a movimientos y luchas para su afirmación personal, no son raros los éxitos brillantes ya en la juventud, seguidos a menudo por imprevistas alteraciones provocadas por un cambio de intereses, de deseos o por decisiones incautas. Su existencia se ve determinada frecuentemente por cambios radicales, dictados por la impulsividad, pero ofrece repetidas oportunidades de ganar una posición perdida.
En el amor, el nativo de Aries puede llegar a ser apasionado, tierno y leal. Pero hasta que no encuentre la pareja qu4e le permita desarrollar estas cualidades, se limitara a evidenciar sólo la primera. Su mirada suele irradiar un gran atractivo al que resulta difícil resistirse.
Como detesta los romances rutinarios, no se cansa de sorprender y divertir cada día a su pareja con su audacia y su humor. Se siente bien coqueteando y seduciendo. Vive cada relación como un autentico desafío. Adora la emoción de la conquista, pero, por lo general, una vez conseguido esto, suele perder el interés.
Sin embargo, cuando se enamora de verdad, se vuelve más vulnerable y demuestra toda su ternura. Despótico y egocéntrico, deja aflorar entonces, su aspecto más generoso y se entrega sin reservas, aunque con el estilo directo que forma parte intrínseca de su personalidad. Aries rara renuncia a sus deseos, y ni siquiera el amor logrará hacerle dejar de lado sus caprichos. Su voluntad debe cumplirse como si fuera ley y si esto no sucede puede alejarse de su pareja. Hacer concesiones es algo muy difícil para un autentico Aries, ya que siempre antepone su interés personal al de la persona amada. Su nivel de exigencia es tan alto, que no admite permanecer al lado de alguien a quien no considere un ganador.
Anatómicamente, Aries corresponde a la cabeza y a los órganos de esta: cráneo, cerebro, ojos, dientes, nariz, orejas y rostro están pues sujetos a alteraciones.
Rasgos Positivos
Iniciador
Ejecutivo
Competitivo
Impulsivo
Entusiasta
Valiente
Independiente
Dinámico
Rápido
Rasgos Negativos
Dominador
Irritable
Violento
Intolerante
Atolondrado
Arrogante
Egoísta
Brusco
Inconstante