Oh, espíritu único, sin principio ni fin, Omnipotente, de cuyo océano de vida soy una gota; déjame sentir la presencia de tu poder; déjame conocer más plenamente lo que tu eres y lo que yo soy en ti. Haz que la conciencia de tu realidad y mi realidad espiritual penetre todo mi ser y haz que el poder del espíritu, manifestado por medio de mi mente, penetre en el cuerpo de este otro ser a quien deseo curar (se dice el nombre de la persona), infundiéndole salud, vigor y vitalidad, para que sea un más digno templo del espíritu santo, un más expedito canal de la vida única. Haz que este cuerpo se levante sobre las groseras vibraciones de la naturaleza inferior y alcance las sutiles vibraciones de la mente espiritual, por la que te podamos conocer, dale a este cuerpo por medio de la mente que lo anima, la paz, fortaleza y vida que le pertenece por virtud de tu ser. Haz que el flujo de tu energía se derrame sobre (se dice el nombre) que está perturbado y lo reviva y normalice, esto te pido, oh Señor, Dios Espíritu Omnipotente, porque hijo tuyo soy y por razón de tu promesa y del interno conocimiento que me diste. Amen.