El vampirismo es un tema que está muy ligado a la hechicería y a la magia. Pero en realidad no hay magia alguna. Es pura y simplemente poder mental, aunque por supuesto, mal utilizado.
Lo que es cierto es que el vampirismo existe, aunque no de la forma en que la literatura y el cine nos lo han presentado: personas de largos colmillos que beben sangre humana para alimentar sus cuerpos físicos. Pero su significado implícito es el mismo: es decir, la absorción de la vitalidad de una persona para su propia necesidad. En este caso, el vampiro energético es el que se alimenta de las energías de los demás.
Los vampiros energéticos son personas que tienen la habilidad de agotar a distancia la energía en todas sus formas. Lo hacen para mejorar sus energías físicas y mentales como haría el alimento normal a los vampiros corrientes. Un vampiro energético puede o no puede ser psíquico en el sentido habitual, pero en el caso concreto de la magia, significa la habilidad psíquica para agotar otra energía o fuerza vital; es decir, significa que un individuo puede agotar el pensamiento, las emociones, la fuerza vital, tanto física como psíquica.
Se trata de un vampirismo, no de sangre, pero sí de mente. O dicho de otra manera: es un ataque desde su cuerpo astral al nuestro. Pero también puede suceder que esa persona este ‘enferma’, con lo cual le es indispensable la energía de los demás para su propia subsistencia.
La mayor parte de estos vampiros no se dan cuenta de su poder en ‘chupar’ las energías de las personas que los rodean. Todos, en algún momento, conocemos o hemos conocido a una persona de estas características, un familiar, un amigo, la pareja… no importa el poco tiempo que podamos pasar con ellos, siempre se termina cansado y débil, con dolores de cabeza o de estomago, apáticos y desmotivados… cuando ellos se van, bien cargados por cierto; de toda la energía absorbida. En el caso de que esa persona conviva regularmente con nosotros, el caso por supuesto, es mucho más grave.
Pero también están aquellos otros vampiros que si saben muy bien lo que hacen y son consciente de su poder mental y de lo que están haciendo, en cuyo caso puede ser que lo hagan intencionadamente para hacernos daño, o bien porque lo necesitan para recargarse de energías ellos mismos.
En cualquiera de estos dos casos, está claro que, cuanto más enferma este la persona o de más débil constitución – niños, ancianos, enfermos – más grave será la perdida energética. De hecho, un vampiro energético puede llegar a ocasionar la muerte, y muy a menudo, convierte a aquellos con quienes convive en una especie de zombis apáticos, resignados a su suerte.
Mención aparte es el caso de las personas mayores, de los ancianos, que por supuesto, lo hacen de una forma totalmente inconsciente. Pero es bueno estar a atento a ello, pues si nuestra aura no está limpia y fuerte, podríamos tener problemas por falta de energía.
Nos damos cuenta que nos han extraído parte de nuestra energía cuando de repente nos encontramos cansados sin explicación alguna. En las casas de personas mayores esto es cosa de todos los días y cuando llegan visitas inconscientemente su necesidad hace que su sistema se apodere de parte de la energía del otro: cuantas veces decimos ‘fui a ver a una persona y cada vez que voy, luego me siento fatal’. Esto es muy común en los geriátricos; cuántas veces nos llaman por teléfono y nos dicen: «Ay querida, no sabes que bien que me hace hablar contigo», y cuando cortan quedamos destruidos. Ese es uno de los motivos por que las personas mayores deberían de tener animales como compañía ya que los gatos y los perros son pilas de energía y que al estar en contacto con los ancianos le traspasan mucha energía,
Otro caso muy particular de vampirismo energético es el de los espíritus, el de las personas que ya han fallecido, sobre todo si son miembros de nuestra familia o próximos a nosotros. Las personas, cuando desencarnan, se encuentran perdidas, sin luz, no comprenden que les ha pasado, y tienen tendencia a quedarse por un tiempo en el sitio en donde han vivido. Y en esos casos, ellos ejercen a forma de esponja psíquica absorbiendo las energías de las personas cerca de las cuales se encuentra.
Hay que estar muy atentos a estas personas vampíricas, ya que pueden hacer un gran daño en nuestras vidas. En el menor de los casos, bloqueos, negatividad, malas rachas y enfermedades varias, en el peor de los casos, puede llegar hasta la muerte, pues la persona que tiene cerca un vampiro energético, termina por ‘desecarse’ primero energéticamente y luego físicamente.